La Historia de Fe de Kamala
Un Dios amoroso, el buen samaritano, el servicio a los demás y un profundo respeto por todas las tradiciones religiosas: estas experiencias, enseñanzas, creencias y valores con los que creció la Vicepresidenta Kamala Harris la han convertido en la líder que es hoy.
Su camino en la fe comenzó cuando era pequeña y cantaba en el coro infantil de la Iglesia de Dios de la Avenida 23 de Oakland, California, donde nació y creció. Fue allí donde aprendió a tener una fe viva, que se expresa a través de la propia vida, especialmente a través del servicio a los demás, sobre todo a los más vulnerables e indefensos.
Como ella misma ha dicho, "he aprendido que la fe no es sólo algo que expresamos en la iglesia y en la reflexión orante, sino también en la forma en que vivimos nuestras vidas, hacemos nuestro trabajo y perseguimos nuestras respectivas llamadas".

Para Kamala, su vocación es el servicio público:
"Mi creencia en la importancia del servicio público se remonta al aprendizaje de la parábola del buen samaritano y otras enseñanzas bíblicas sobre el cuidado del prójimo, y a la comprensión de que nuestros prójimos no son solo aquellos con los que compartimos código postal, sino también los forasteros. A lo largo de mi carrera, siempre he tratado de ser una defensora de los que no tienen voz y son vulnerables..."
El versículo bíblico favorito de Harris "Porque por fe andamos, no por vista" (2 Cor. 5:7) reconoce que no tenemos todas las respuestas, pero también que no afrontamos solos los retos de la vida. Nuestro Dios amoroso está con nosotros. "El Dios en el que siempre he creído es un Dios amoroso". Este es el Dios en quien Kamala confía.
Dios también está con ella a en su familia de la iglesia. De ellos saca fuerzas y se siente "con los pies en la tierra en un mundo complejo". A Kamala, su iglesia le brinda "un sentido de comunidad y pertenencia dónde es posible construir relaciones duraderas y estar ahí los unos para los otros en momentos de necesidad". Su pastor, el reverendo Dr. Amos Brown, dice que Harris está ahí para los demás: "Es una motivadora, anima a todas las personas independientemente de su posición social en la vida".
Aunque es una cristiana fiel y profundamente comprometida, la Vicepresidenta Harris siente un gran respeto por otras tradiciones religiosas. Su madre Shyamala Gopalan y sus parientes en la India la llevaron a templos hindúes; también acompaña a su marido, Doug Emhoff, en las tradiciones y celebraciones judías.
Este respeto sintoniza con su tradición bautista, que tiene un largo y distinguido legado de apoyo y activismo por la libertad religiosa y la separación de la Iglesia y el Estado.
Especialmente ahora que se encuentra en la cúspide del poder, la Vicepresidenta Harris mantiene en el centro su relación de confianza con Dios. "Como muchas personas de fe, tengo conversaciones privadas con Dios en las que suelo pedirle fuerza y protección para tomar buenas decisiones y hacer lo correcto".
